La obra social de Bankia, la última en cobrar
Bibliotecas, becas, personas sin hogar, enfermos
de parkinson o de alzheimer dependen de la obra
social de las cajas de ahorro
Día 11/05/2012 - 22.51h
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Los accionistas de Bankia ven como cae en picado el precio de sus acciones. Los ahorradores temen por sus ingresos y los empleados por sus puestos de trabajo. Pero quizás quienes más deberían temer son los beneficiarios de la extensa obra social de Bankia. Ancianos, personas sin hogar, enfermos de alzheimer, de parkinson, o estudiantes que se beneficiaban de la obra humanitaria llevada a cabo por las 7 cajas de ahorros que integran BFA (Banco Financiero de ahorros).
«No sabemos por donde va a ir la cosa, pero no puede ir a menos»,aseguran desde el departamento de comunicación de la Obra Social de Caja Madrid sobre el presupuesto que se les destina.
La relación de la Obra Social con el Estado empezó mucho antes de la nacionalización de Bankia. En 2010 se anunció que se iban a cerrar 21 bibliotecas y 19 hogares de ancianos. Desde entonces muchos de esos centros han pasado a manos de los ayuntamientos y otros han echado el cierre. «Se han ido eliminando porque ya había oferta pública. Eran innecesarios», argumentan desde el departamento de comunicación de Caja Madrid.
La crisis ha ido adelgazando el presupuesto de la obra social casi a la misma velocidad que se recortabael Estado de bienestar en España. En 2010, Caja Madrid dedicó 99,9 millones de euros a estas actividades: 72.328 en obra social propia y otros 27.627 a proyectos en colaboración para un total de 10,4 millones de beneficiarios y proyectos en todos los ámbitos. Mucho menos de lo presupuestado en el 2007, cuando la partida de la obra social batió su récord con 252 millonesdestinados a proyectos humanitarios.
El presupuesto de 2012 era una quinta parte del de 2007. Tan solo 56 millones serían destinados a la obra social, un 30% menos que en 2011. «Lo último que tocamos es lo dedicamos a asistencia social. Estas partidas representan el 90% del total de la obra social en este momento», afirman desde Caja Madrid.
Fuentes de la obra social aseguran que «ocurra lo que ocurra con Bankia el presupuesto no se va a recortar «porque es imposible que vaya a menos». Sin embargo, Gecesa, la empresa que gestionaba los centros de la Obra, atraviesa un expediente de regulación de empleo (ERE) que incluyen prejubilaciones y la eliminación de un centenar de puestos de trabajo.
Jose Ignacio Goirigolzarri ha prometido mantener una parte de la labor humanitaria llevada a cabo por la obra social. Pero parece obvio que, ante los problemas financieros que atraviesa BFA, tendrá difícil aportar fondos a la obra social de las siete cajas de ahorros que forman el grupo. El futuro de la obra social del grupo queda ahora en las manos de un patrón aún más austero: el Estado.
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